Detrás de algunos tipos de aullido se encuentran problemas de ansiedad por la separación de sus dueños, de soledad cuando se quedan solos en casa, e incluso un sentimiento de amenaza o temor si el ruido es sumamente fuerte. Pero cuando el aullido se produce como consecuencia del sonido de una sirena, el origen es otro y está vinculado a su comportamiento como animal de manada que es.
La mayoría de los expertos coinciden en señalar que este aullido podría ser una especie de respuesta al sonido de la sirena, que asemejan al de la llamada de la manada. Por tanto, no es más que un comportamiento que responde a su propio instinto canino, un modo de comunicarse con otros de su especie.
Ante esto, no podemos hacer nada, pues es algo innato en nuestro perro. Si vemos que se pone muy nervioso, podemos tratar de distraerlo con juguetes o con alguna galleta para que deje de concentrarse en el sonido. Eso sí, es bueno que lo observemos por si el aullido se acompaña de un comportamiento extraño que pueda indicarnos algún problema.
¿Puede aullar también con otros sonidos?
La sirena es un sonido agudo, pero también hay otros ruidos que pueden provocar el aullido del perro y que no tienen por qué significar ansiedad o temor. En general, cualquier sonido agudo puede generar esa respuesta, aunque la posibilidad se incrementa si lo que escucha es una alarma. En este caso, el comportamiento será el mismo.
También algunos instrumentos musicales como la flauta pueden hacer que nuestro cánido aúlle de manera intensa.
¿Y qué pasa si el aullido no es consecuencia de ningún sonido agudo?
Como ya hemos apuntado, el perro puede aullar por distintos motivos. Los sonidos agudos (sirena, alarma…) constituyen la causa más normal, pero también puede aullar como consecuencia de algún miedo que presente, o debido a la soledad causada por el abandono si está mucho tiempo en casa. Por eso, es importante que observemos al animal y comprobemos si su aullido responde a la llamada de la naturaleza o está relacionado con algún problema más importante.
Recuerda acudir al veterinario en caso de duda. Él te ayudará a comprender el comportamiento de tu perro y lo examinará para verificar si existe alguna causa física o emocional que pueda originar la voz triste y prolongada que emite.